miércoles, 2 de junio de 2010

LA RELIGIÓN ROMANA

Los hombres de las sociedades modernas explican muchos acontecimientos gracias a la ciencia, las sociedades antiguas los explicaban mediante mitos. Algunas sociedades han sido influidas por otras, como los romanos lo fueron por los griegos. Pero es importante constatar que comunidades muy alejadas unas de otras poseen mitos similares: el origen del mundo, el diluvio, el paso de una generación a otra de dioses, etc. Según Ruiz de Elvira“Mitología clásica es el conjunto de las leyendas o mitos griegos y romanos que, según testimonios que poseemos, tuvieron vigencia como tales leyendas en cualquier momento del ámbito temporal que va desde los orígenes hasta el año 600 d. C.”La religión sirve como mecanismo de seguridad en la vida. Los romanos tienen mucho interés por los procesos naturales de los que depende su felicidad. Todo hecho cuyas causas no son fácilmente explicables es recurrido por la intervención divina o la Fortuna, es decir, todo lo que no es explicable es atribuido a una divinidad.
“Todo está asociado a la actividad divina y espiritual, y es el resultado de ella.”
Todos los procesos y hechos de la vida están vinculados con las divinidades. Existen varios aspecto a distinguir, a saber: los hechos importantes son controlados por la divinidad; los hechos particulares por los dioses.
Los cultos primitivos se relacionan con la forma de vida de la época. Así cultos como los de Ceres o Pomona. Los dioses se van incorporando a la sociedad romana a medida que se desarrolla la sociedad y, sobre todo, a medida que surgen los problemas, ya que los dioses aparecen cuando hay algún hecho extraño, inexplicable que se quiere evitar y dejarlo así en manos de los dioses. Un ejemplo de ello es la crisis del siglo V a.C. en el que se entra en una depresión económica, una escasez del grano y una epidemia. Por ello se funda la institución del culto a Mercurio, que garantiza así las transacciones comerciales, Ceres, que activa la germinación, y Apolo, que suministra el poder de curación. Roma acogerá cultos de otras civilizaciones y pueblos cercanos para soliviantar sus necesidades.
Cada dios estaba encargado de una función vital, ya que los romanos buscaban ante todo su seguridad y bienestar confiando para ello en la actividad divina. Los fenómenos climáticos y atmosféricos se explicaban y atribuían también a los dioses, ya que la lluvia o el calor resultaban fenómenos propios de los dioses. Así, por ejemplo, Júpiter Lutecio o Júpiter Fulgur. La sociedad romana era muy práctica. Se llegaba incluso a hacer un listado amplio de dioses para actividades de todo tipo, divinidades menores. Las funciones importantes son las que están en manos de los dioses. Algunas actividades resultan muy importantes en la vida cotidiana de los romanos.
Muchos dioses también se atribuyen a espacios físicos, tales como bosques, fuentes, ríos, cuevas, que conforman parajes sobrenaturales y cargados de misterio y divinidades. Así ríos como el Tíber son considerados como divinos y representados como tales en la literatura y en el arte.
No sólo había dioses en el ámbito familiar e individual sino también a nivel de grupos y por Estados y ciudades. Cada gremio llevaba a cabo una actividad y ésta estaba sujeta al control divino, ya que se confiaba en el dios para su porvenir y prosperidad. A nivel superior encontramos los intereses comunes de la patria. Cada ciudad posee un dios patrón que simboliza sus aspiraciones y actividades, y del que se piensa que tenía allí su morada. Cada uno de ellos protegía su ciudad. Juno estaba en Veyes y tuvo que ser trasladada a Roma mediante la evocatio para que renunciara a Veyes y ésta pudiera ser vencida. El líder romano era Júpiter Óptimo Máximo, cuyo templo dominaba el corazón de la ciudad y era considerado como el dios que aseguraba los éxitos y daba fuerza a todas sus empresas. Júpiter tenía tal veneración y respeto que Cicerón lo nombra como el salvador de Roma tras el intento de conjuración por parte de Catilina. Los dioses patrios eran difíciles de abandonar cuando alguien tenía que exiliar. Un ejemplo de ello está en Ovidio, que que se despide de los dioses de la gran ciudad de Rómulo y sus templos.
La religión romana se ocupaba del éxito y no de las desgracias. La felicidad era la meta en la vida y ésta dependía del resultado favorable de todas las actividades cotidianas, en el comercio, la vida privada, los negocios. Todas estas actividades no se podían controlar científicamente, por lo que su éxito no se podía garantizar y así se atribuya a la fuerza divina. Horacio dice: “pongámonos tan cómodos como podamos. Deja lo demás al cuidado de los dioses; tan pronto como ellos han puesto calma en los vientos que combatían sobre la encrespada llanura del mar, dejan de agitarse los cipreses y los vetustos olmos”. Los dioses actúan sobre fuerzas de la naturaleza que el hombre no puede controlar, por lo que lo que puede hacer es desear lo mejor y ganarse el favor de los dioses.
Los dioses no son autores del cambio de carácter en las personas, ya que los romanos consideraban que una persona nacía con un carácter determinado así para toda la vida. Había una inclinación natural, un carácter (suus ingenium), que no se podía modificar. En cualquier caso la religión era un instrumento que podía hacer más débiles a los humanos, pero no podía transformar su carácter en una nueva forma de ser.
La religión romana no mira la moral del hombre, si es bueno o malo, sino que siendo práctica sólo le interesa el rito, la forma de llevar a cabo las oraciones y el sacrificio. Posterior a la época augustea la religión tradicional se impregna de la filosofía y las tradiciones orientales. El estoicismo fue la corriente filosófica más importante en Roma. Cicerón fue alumno de un estoico y dijo que dios penetraba la naturaleza de todas las cosas. Por tanto, toda actividad humana tenía algo de divino.
Es exagerado decir que el hombre no emprendía nada sin el favor de los dioses. En la vida cotidiana el romano no estaba especialmente interesado en la ofrenda pública, excepto en tiempos de gran preocupación o euforia nacional. Esta labor pública quedaba a cargo de los sacerdotes y magistrados. El romano de a pie no tenía por qué preocuparse, excepto en los días festivos, de significado religioso.
En Roma nunca hubo una clase sacerdotal y una gobernante, ya que estos cargos estaban ocupados por las mismas personas. Los cargos sacerdotales por los magistrados, como en el caso de César, por lo que le interés religioso no decayó. Los grandes sacerdocios eran considerados más como un cargo de distinción social que como mero cargo religioso. La religión en su aspecto público podía estar atendida sin que el público participara. Los magistrados conformaban la base religiosa del Estado. Su labor debía ser llevada a cabo no sin contar antes con el favor divino, antes de cualquier acto público.DIOSES DE LA RELIGIÓN ROMANA

El ejercito romano


El eje,la estructura del ejrcito romano:
El ejército romano estaba formado por la caballería (luchaban a caballo), la infantería (luchaban a pie) y la marina. Dentro de la infantería se podía distinguir la legión y los auxiliares.
La marina no era considerada tan importante como el ejército de tierra. La marina, ya sean remeros o marineros, servían un total de 27 años aproximadamente (7 años más que los soldados del ejército de tierra). Un barco de guerra llevaba por lo general 300 remeros y 120 marinos.
Los auxiliares usaban unas espadas cortas para golpear, escudos ovalados o redondas y un casco. A veces, llevaban una armadura de escamas. Por tanto, su equipo era mucho más liviano y se podían mover con mayor facilidad, aunque también era el cuerpo que causaba más bajas. PROCEDENCIA DEL SOLDADO ROMANO:
El principal requisito para ser soldado era ser ciudadano romano. Las zonas de reclutamiento dependían del tiempo que llevaba cada provincia bajo la soberanía de Roma; las que formaron parte de Roma desde el comienzo, no aportaban prácticamente soldados. Aunque en la mayoría de los casos, no hacía falta reclutar a nadie, pues, el número de voluntarios era suficiente.
Las regiones menos civilizadas proporcionaban al principio auxiliares que luego podían ascender de grado. Para ser soldado no importaba la religión practicada o el color de la piel, ya que, todos combatían con las mismas armas.
La edad de entrada al ejército era normalmente de entre 18 y 22 años. Los soldados recibían una paga con la que financiaban su comida, ropa y armas.
LA LEGIÓN:
Cada una de las treinta legiones del ejército romano constituía a su vez un pequeño ejército independiente. Los legionarios eran, primero y antes que nada, soldados pero también llevaban a cabo otros trabajos: constructores, ingenieros, policías, funcionarios civiles etc. Cada legión estaba formada por unos 5300 hombres.
Adiestramiento:
En primer lugar, debían prestar Juramento en el cual prometían ser fieles al Emperador, obedecer a sus superiores y no abandonar nunca la línea de batalla.
En segundo lugar, comenzaban con el adiestramiento físico en el cual hacían carreras de obstáculos y marchas de 28 kilómetros tres veces al mes. Todos estos ejercicios se realizaban cargando con el peso de una armadura de 30 kilogramos.
Más tarde, recibían la instrucción militar en la que aprendían movimientos reales que luego usarían en la batalla. Estos ejercicios se realizaban con gran perfección para luego repetirlos con exactitud en el campo de batalla.
Por último, practicaban el manejo de armas en el que lograban una gran destreza.
El equipo militar:
Los legionarios debían costearse todo el equipo militar con la paga que recibían, ésta se componía de los siguientes elementos:
- El casco: De origen galo, inteligentemente diseñado para proteger la cabeza, la cara y el cuello sin estorbar la visión ni el oído. Estaba adornado con tachones esmaltados y encima del mismo, se encontraba el penacho.
- La coraza: Esta construida con tiras laminadas de metal sujetas por dentro con correas de cuero. Era muy flexible y pesada. Debajo de la coraza, llevaban una túnica que llegaba hasta medio muslo.
- El cinturón: Era la enseña del oficio de soldado. Estaba formado por tiras de cuero adornado y brindaba cierta protección en el vientre durante la batalla.
- Las sandalias militares: Este calzado era fuerte y estaba bien ventilado, con filas de tachuelas en la suela, sabiamente dispuestas para soportar peso y resistir muchos kilómetros
- La lanza: Tenía una punta estrecha para atravesar tanto al escudo como a la coraza.
- El puñal: Tenía hoja de doble filo.
- La espada corta: Producía terribles heridas y era más bien corta, para manejarla con soltura.
- La mochila: Guardaban objetos personales y raciones para tres días.
- Bota de cuero: Para depositar el agua o el vino.
. Composición de una legión:
En una legión romana había unos 5.300 hombres que se dividían en 1 grupos denominados cohortes. Nueve de estas cohortes tenían 480 hombres cada una. Los miembros de cada cohorte estaban divididos en seis grupos de 80 denominados centurias que eran gobernadas por un centurión.
La primera cohorte era la principal de la legión. Se diferenciaba de las demás en tres aspectos:
- En primer lugar, sólo tenía cinco centurias de 80 hombres cada una; pero tenía seis centuriones.
- El centurión “sobrante” era el centurión jefe de la legión, con el grado de primus pilus.
- También se diferenciaba de las otras en que contaba con 600 hombres más que eran los escribanos y los comerciantes especializados de la legión. Éstos últimos no se agrupaban en centurias y tampoco participaban en las batallas.
EL CAMPAMENTO:
Su sistema de defensas estaba compuesto por el foso y el terraplén, y asimismo se ponían centinelas tanto en el interior como en el exterior del campamento.
Era como un pueblo en miniatura y las zonas principales estaban indicadas con banderas.
En el punto más visible, se situaba la tienda del general y el resto de las edificaciones se situaban en torno a esta tienda. Se trazaban dos calles principales, la vía praetoria y la vía principalis: la vía praetoria atravesaba el campamento de delante a atrás pasando por la tienda del general; y la vía principalis lo atravesaba de un lado a otro cruzándose con la praetoria delante de la tienda del general.
De este modo, el campamento quedaba dividido en 4 partes. Cada legión instalaba siempre sus tiendas en la misma zona sin importar donde estuviera situada el campamento. En cada tienda podían convivir ocho legionarios.
LA ARTILLERÍA ROMANA:
Los romanos copiaron de los Griegos casi todo lo que sabían sobre armamento; no conocían ni la pólvora ni los explosivos, e impulsaban sus maquinarias con muelles de cuerda muy tensados. Las principales armas usadas por los romanos son:
- Armadura corporal: Existían tres tipos; de malla, de escamas y de placas.
- Escudo: Estaba hecho con tiras de madera encoladas y recubiertas de cuero o fieltro. Medía cerca de 1 metro de longitud y era curvo. Su peso rondaba los 6 kilogramos.
- La daga: Era una arma corta, con hoja puntiaguda de unos 25 cm. de longitud. Se llevaba en una vaina de madera con incrustaciones en bronce.
- La espada: Era corta, de borde recto y con unos 45 centímetros de longitud de hoja.

EL EJÉRCITO EN GUERRA:
La marcha:
Damos un ejemplo del orden de la marcha reproduciendo las palabras del historiador judío Josefo.
En primer lugar, iban las tropas auxiliares. Marchaban adelantadas para explorar la zona y descubrir emboscadas. Luego marchaba la vanguardia: una legión y un regimiento de caballería. Por detrás venían diez hombres de cada centuria con lo necesario para preparar el campamento.
Posteriormente, venía el general, su equipaje y su guardia personal. Luego, caminaban las fuerzas conjuntas de legión y caballería y las máquinas de asedio desmontadas.
Por último, marchaban los oficiales superiores, el resto de las legiones y la retaguardia. La retaguardia estaba formada por legionarios, infantería ligera y caballería.
La batalla:
Los romanos no tenían una forma predeterminada de luchar, ya que, esto dependía de la situación de la batalla, de las características del rival y de las órdenes del general. Pero, de todos modos, vamos a relatar a modo de ejemplo como solían luchar normalmente los romanos, aunque no siempre sea así.
En primer lugar, solían actuar los auxiliares que encerraban al enemigo en una ciudad y la rodeaban de fosos y almenas. Luego, los auxiliares iniciaban la batalla con sus espadas y jabalinas e intentaban quebrar las defensas de la ciudad donde se refugiaba el enemigo y cortar las comunicaciones de la misma.
Después de varios días en este plan, el general ordenaba la intervención de la legión que rodeaba la ciudad y dejaba a los bárbaros sin posibilidad de escape.
Por último, a base de paciencia y de esfuerzo invadían la ciudad. Una vez invadida, no había nadie que se les resistiera y podían celebrar su enésima victoria. rcito romano:

La política romana

Se dividía la población básicamente en libres y esclavos.
Dentro de la población libre:
Patrcicios: Descendientes de los fundadores de Roma.. Tenían un rango social superior y poseían grandes riquezas. Gozaban de plenos derechos.
Plebeyos: Eran originarios de los pueblos dominados por Roma, no gozaban de tantos derechos como los Patricios
Esclavos: No constituían un grupo demasiado numeroso, ni tan importante como lo sería después
En la época republicana y el alto imperio
Surgió una nueva división social en los hombres libres:
Ciudadanos romanos: Eran los descendientes de los antiguos Patricios y Plebeyos. Tenían plenos derechos. Había una minoría privilegiada, poderosa y muy rica que constituía las llamadas órdenes, que eran de tres tipos:
Orden senatorial, que eran los miembros del senado de Roma
Orden ecuestre, ricos hombres de negocios
Orden decuronial, miembros de los senados municipales del imperio.
No ciudadanos: Tenían derechos civiles, pero no políticos.
En la población esclava:
Esclavos: Eran propiedad de sus dueños. Su número aumentó como consecuencia de las conquistas de Roma y se convirtieron en una pieza fundamental de la economía, ya que eran la principal mano de obra.
Libertos: Estaban a medio camino entre la libertad y la esclavitud. Eran antiguos esclavos, que en teoría eran lbres, pero el antiguo dueño los convirtía en patronos y podía exigirles ciertas obligaciones.
Grecia